sábado, 18 de mayo de 2024

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Superior Provincial



Adiós, Ariccia


Aunque ya me encuentro en Burgos, quiero contaros algo de lo que pasó en Ariccia el domingo, último día de trabajo del Definitorio. Presidió la eucaristía de la mañana nuestro hermano Mons. Gonzalo López Marañón. Fue un gesto de comunión de toda la asamblea con quien ha sufrido en propia carne los avatares últimos en Sucumbíos. Sus palabras acertadas, valientes, cercanas fueron una invitación a ser y estar con Jesús, el Señor, a dejar que el perdón sea el final de todas nuestras historias, porque solo del perdón nace lo nuevo de Dios para el mundo. Ya en asamblea, cada uno de los doce obispos preentes expresó en pocas palabras su momento y el de su comunidad. Todos expresaron el sentimiento de gozo por pertenecer a la Orden. En la segunda parte de la mañana nuestro hermano Mons. Braulio impartió una conferencia en la que fue desgranando qué es lo que espera una iglesia particular de los carmelitas. Por la tarde huvo un diálogo muy vivo con el ponente. ¡Muy bien lo de nuestro hermano, muy bien! Ya al final de la tarde se habló de Sucumbíos. Hubo varias intervenciones, entre las que destaca la que realizó el P. Jorge Mario, provincial de Colombia, quien con mucha claridad y valentía resumió lo acontecido en ese rincón de la amazonía ecuatoriana y leyó el comunicado del coetus latinoamericano. También habló N. P. General, haciendo un resumen de sus actuaciones en estos meses con relación a Sucumbíos. Manifestó el diálogo mantenido con la jerarquía de la Iglesia y los pasos dados. Manifestó el deseo del Papa para que sigan los carmelitas en Isamis, sobre todo en el campo de la espiritualidad y la atención a los indígenas. Fue un momento de intensa emoción. Toda la Orden pudo oír una palabra dicha desde dentro, desde el cariño de los hermanos. Y la vida, incluso los conflictos, cuando se hablan y oran en comunión con los hermanos, dejan un reguero impresionante de paz y de alegría, de fortaleza misionera. Esto es lo que ocurrió en la asamblea. Un fuerte aplauso de todos los hermanos fue la mejor manera de reconocer el testimonio de nuestros hermanos misioneros en Sucumbíos en una hora ciertamente difícil, pero cargada de esperanza, porque la entrega a la tierra del grano de trigo, en la muerte, da mucho fruto. La jornada terminó con un momento de recreación en los jardines de la casa del Divino Maestro, aspecto este muy necesario para seguir poniendo los pies con alegría ydeterminación en las huellas de Jesús.



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