Cientos de personas, venidas de las parroquias de la Diócesis de Burgos, abarrotaron ayer la iglesia del Carmen de Burgos, también las tribunas, para clausurar el Año de la Fe. Presidió la solemne concelebración Mons. Francisco Gil Hellín, acompañado de muchos sacerdotes. Las Cruces de las Vicarías, Arciprestazgos y Parroquias fueron la expresión más viva de la fe de un pueblo que tiene a Jesús como Señor y proclama su fe levantando la LUZ para que todos experimenten el amor entrañable de nuestro Dios.

Las familias, los consagrados, los sacerdotes agradecieron al Obispo la celebración de este Año de la Fe y, dando un paso al frente, comunicaron que estaban decididos a colaborar con él en la Nueva Evangelización.

La colecta, muy generosa, fue destinada a ayudar a los afectados por el Tifón de Filipinas. Hubo un recuerdo agradecido y emocionante a los misioneros burgaleses que, enviados a todo el mundo, proclaman el Evangelio. Se presentó el plan de pastoral para la Diócesis, con este significativo título: Seréis mis testigos. 

Ver a la Diócesis, bajo el amparo de Nuestra Señora del Carmen, fue una gran alegría para todos, una esperanza, un aliento para seguir viviendo, celebrando y comunicando la FE. 

Mons. Francisco terminó su homilía con esta bellísima oración a la Madre del Carmelo.

¡Virgen del Carmen!

A tu sombra clausuramos este Año de gracia, que ha sido el Año de la Fe. Míranos con especial ternura; haznos conocer más y mejor a Jesucristo; enséñanos a hacer lo que él nos diga; aumenta nuestro celo; danos la audacia que necesitamos para emprender caminos nuevos; y, sobre todo, haz que sintamos tu amor de Madre.

¡Señora nuestra!, estrella de la evangelización: en tus manos ponemos la nueva evangelización de nuestra diócesis y de toda la Iglesia. Amén.