Desde el Carmelo de Santiago queremos agradecer de corazón a todos los que se han unido a nuestro dolor y el de la ciudad de Santiago por el terrible accidente que ha conmocionado a todos. También para nosotras la fiesta se ha convertido en duelo, compartiendo la consternación general. Desgraciadamente, todavía queda mucho dolor por delante. Agradecemos esta unión en el silencio ante el Dios compasivo y misericordioso, pidiendo por los fallecidos, por los heridos y por los familiares. Esa es nuestra misión ahora como siempre: la oración y la ofrenda, llorando con los que lloran esta tragedia. Gracias!
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