Gijón
“Nunca
se ha visto en Israel cosa igual”. María, mujer creyente y disponible a los
planes de Dios, restituye a la humanidad la dignidad de ser hijos en el Hijo y
reivindica el papel de la mujer en la historia de la salvación. Ella, desde su
pequeñez y simpleza vuelve a unir lo que el diablo había separado; y como
Madre, atenta a las necesidades de sus hijos, se compadece de nosotros y sale a
nuestro encuentro con brazos rebosantes de amor, ternura. Quiere pintar en
nuestros rostros una sonrisa de gozo al querer disponernos a ser obreros de la
mies del Reino. Madrecita buena, míranos con bondad y envía obreros alegres y
humildes a tu familia del Carmelo.
Desde Gijón llegue para todos los hermanos de la provincia un fuerte abrazo que estreche nuestra fraternidad en estos día tan sentidos de celebraciones marianas. Iván Núñez.