Burgo de Osma
Este segundo día de la Novena ha sido una invitación a profundizar en la Virgen María como Modelo de fe. Desde la lectura de Lc 1,26-38. Reflexionando sobre María como peregrina de la fe, toda su vida como un constante caminar con la confianza puesta en Dios.
Una fe activa, no una aceptación pasiva o resignada. Una fe no desde ideas, sino vivida en las realidades de cada día. Una fe que ha crecido, que no se confunde con una serie de ritos o normas. Como dice la carta del Papa: una fe que no se presupone, sino que tiene que ser alimentada y robustecida (LF 6). Una fe vivida personalmente, porque es respuesta a una palabra que nos interpela personalmente y nos compromete (LF 8).
En este año de la fe es la oportunidad de vivir una fe de calidad. Que nos ayuda a sobrellevar las dificultades y situaciones por las que atravesamos cada día.
Como dice santa Teresa: "su Madre Sacratísima estaba firme en la fe". Una fe que nos lleva al compromiso del amor (porque la fe sin obras es fe muerta). Y que nos compromete como miembros de la Iglesia.
Está participando un buen grupo de gentes en el Santuario. Animada la Eucaristía por un hermoso coro que nos ayuda a elevar nuestro espíritu. Acabando cada día la Eucaristía con la Salve.
Nos unimos a todos los hermanos de las demás comunidades en este camino acompañados por nuestra Madre del Carmen. Un abrazo para todos.
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