sábado, 18 de mayo de 2024

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Superior Provincial



El P. Aniano, muy mejorado


Ayer, domingo 4 de septiembre, llegamos a Roma Monseñor Gonzalo, un servidor y el P. Jorge Mario, provncial de Colombia, últimamente tan vinculado a nuestra Provincia por Ecuador. En el aeropuerto de Barajas tuvimos el gozo de encontrarnos con el P. Gabriel que regresaba gozoso de Roma tras la labor cumplida de animar espiritualmente a las hermanas teresianas reunidas en capítulo general. Nos esperaban en Fiumicino los PP. Alejandro, que antes había estado un año en Letonia coincidiendo en algún momento con el P. Pedro Ortega, y el P. Nicolás, anterior definidor para América Latina. Con ellos entramos en Roma, experiencia que siempre sobrecoge. Fuimos al Teresianum, porque allí se hospedan muchos de los hermanos que van llegando para el Definitorio. Saludos, abrazos, y una emoción especial al estar en el gran centro de espiritualidad, en el que muchos hermanos de la Provincia han dado y dan lo mejor de sí. De allí me dirigí al hospital Gemeli, un auténtico laberinto en el que se palpa por todos lados el recuerdo del beato Juan Pablo II pues aquí fue donde estuvo ingresado varias veces, para encontrarme con el P. Aniano. Fue una gran alegría saludarle y darle el abrazo en nombre de todos los hermanos. Lo encontré muy mejorado en todos los aspectos. La operación de cadera, que le hicieron a primeros de julio, y a la que ha seguido una intensa rehabilitación, ha sido todo un éxito. Camina con normalidad. Está muy contento. Se ha convertido para los enfermos y familiares de la planta en un monseñor: aconseja, confiesa, anima, fortalece. ¡Un auténtico regalo! Manda para todos los hermanos de la Provincia su abrazo y su agradecimiento. El próximo martes le darán provisionalmente el alta, aunque tendrá que seguir con la rehabilitación desde el Teresianum. Allí recordamos al P. Marcelo, también operado con éxito en el hospital Yague de Burgos. Desde el hospital Gemeli me dirigí a la casa general. Allí encontré a los provinciales de la Ibérica y a los hermanos que residen en esa comunidad, una veintena, y que prestan tantos servicios a toda la Orden. Nos recibió N. P. General con mucha alegría. Compartimos la cena y vivimos el gozo de la Orden, extendida por el mundo, que se reúne para contar el paso del Señor, el amigo verdadero, y expresar la comunión de nuestra familia. Hoy, a las nueve de la mañana, tiene un encuentro Mons. Gonzalo López Marañón con N. P. General. Los dos lo desean. Sin duda será para bien. Los provinciales de la Ibérica, a su vez, tendremos reunión con el P. Emilio, vicario general. Por la tarde iremos en autobús a Ariccia, donde celebraremos el Definitorio. Ya os contaré a la noche cómo van las cosas. De momento, recibid todos, hermanos y hermanas de la Provincia, mi abrazo más entrañable y agradecido.      



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