Emociones a raudales. Gritos de ¡GONZALO! ¡GONZALO! ¡GONZALO!
Vivas a Isamis. ... y otros gritos resonaron en el Salón amarillo del Palacio Presidencia. Un nuytrido grupo de reprsentantes de comunidades, organizaciones, autoridades y equipos misioneros de Isamis y de Sucumbíos se hacían presentes para acompañar y celebrar con Gonzalo ese merecido reconocimiento que el Presidente Correa entregó a Monseñor, como reconocimiento a todo el trabajo que él y los Carmelitas, los misioneros y misioneras que poco poco se fueron incorporando, y los ministerios y comunidades que han ido surgiendo en Sucumbíos a lo largo de estos cuarenta años. El Presidente Correa quiso reconocer todo ese trabajo, que la propia Iglesia quiere ahora borrar con la presencia de los <heraldos del Evangeli. Hubo también un ambiente de alegría y de hermanadad luego de la condecoaración cuando el Presidente se unió a un grupo de misioneros de Isamis y acompañó con el canto y con el bvaile con algunas de las mujeres de Isamis. Ambiente bonito y de hermandad. Y también palabras duras del mismo Presidente para la Jerarqu´`ia de la Iglesia CAtólica que quiere borrar el trabajo que Isamis ha hecho en estos cuarenta años. Y fue enfático al aifrmar que hará uso del convenio de la Iglesia con el Estado para impedir que un obispo heraldo sea nombrado Obispo de Isamis.