Gijón
Fue una verdadera fiesta. Deseó celebrar sus bodas de oro sacerdotales el Gijón, porque aquí, está la mayor parte de su familia y porque aquí vivió años felices trabajando, cuando la parroquia comenzaba su vida. La misa de doce dominical puso ese tono de acción de gracias a Dios por la fidelidad y entrega de tantos años. El P. Provincial en la homilía lo supo decir de forma excelente, como es propio de él. Acompañaron además hermanos de Oviedo y de Burgos. Su familia en pleno también tuvo su protagonismo en diversos momentos de la Eucaristía.
Y luego continuamos con la mesa fraterna. Todo un ambiente de gracia y de gozo imposible de describir en tan pocas líneas. Nuestra felicitación y, si Dios quiere, muchos años más de servicio y entrega en el Carmelo...
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