Cochabamba -Queru-Queru
Todavía con el corazón exultante de gozo
por los grandes acontecimientos que el Señor manifiesta en nuestras vidas, uno
de ellos el cumpleaños de nuestro Superior: P. Eugenio Sáinz de Baranda; nos
acercamos a ustedes para compartirles lo acontecido a lo largo del día.
Como bien saben, eran Bodas de
Diamantes. Unas bodas muy bien vividas y compartidas a lo largo de sus años.
Como él mismo nos lo compartía... Se le notaba MUY FELIZ. A través de su rostro
reflejaba todas esas valiosas joyas que lleva en el alma...
Fue un día muy lindo, porque lo
celebramos como se lo merece. Comenzamos ya en las vísperas (haciendo honor a
un dicho tan conocido: que las buenas fiestas se conocen por las vísperas...).
A primera hora de la mañana cantaron los "mariachis de casa"... y luego continuamos con la
Eucaristía, presidida por el cumpleañero, donde nos contó "algunos
secretos" de cómo llegar a estas alturas (y profundidades)del Seguimiento
"gozoso" a Cristo... Y también "algunas convicciones" sobre
la Vida Religiosa actual, de manera particular, la carmelitana... Después de la
mesa eucarística de la mañana, tuvimos al medio día un almuerzo que se dejó
sentir por su exquisitez (ya que se invitó a uno de los mejores cocineros de
Cochabamba: P. Linton). Contamos con la presencia de grandes personalidades:
Mons. Gonzalo del Castillo, el P. Juan Díaz (nuestro Delegado Provincial) y la
Comunidad de San Antonio en pleno...
Pero, no todo termina ahí, ya que para
la tarde-noche, después de la cena, se preparó una recreación llena de alegría
y colorido en un gran escenario artístico, preparado en función de cada uno de
los artistas invitados (alguno del Ecuador y los otros de cada una de las
regiones de Bolivia). Ellos nos deleitaron con su música, danzas, bailes, chistes,
etc. Que se ganaron el aplauso de todo el público presente.
Así fuimos compartiendo lo hermoso que
cada hermano lleva guardado en el corazón, en su "Castillo Interior"
y que, al ser exteriorizado, la Comunidad se enriquece, se hace más hermosa, con
sabor a cielo, a eternidad... Y es que, una noche como ésta, hace unos años
atrás, el P. Prisciliano partió a celebrar las Bodas Eternas... Lo tuvimos muy
presente.
Un gran abrazo para todos.
La Comunidad de Formación.